Determinar la relación que existe entre el apoyo de los padres y apoderados en el rendimiento académico de su hijo

Abstract

El planteamiento del problema se enfoca a partir de la observación de alumnos en la sala de clases, durante nuestras prácticas pedagógicas, los que presentan poca motivación, bajo rendimiento académico e intereses desvinculados del quehacer escolar.

De este modo, si nos evocamos a algunas décadas atrás podemos dar cuenta del notable cambio que ha surgido en los padres y apoderados, ya que antes estos eran más comprometidos en la educación de sus hijos ya sea en el colegio como en el hogar. Los padres en la actualidad, debido al exceso de trabajo carecen de tiempo y disposición para atender y apoyar en las tareas y deberes de sus hijos sumándole a ésta grave realidad la ausencia de entrega de valores y espacios para compartir en familia, delegando toda la responsabilidad al establecimiento educacional.

Un estudio que realizó el SERNAM las mujeres han ido en la búsqueda por desarrollarse de manera integral en los distintos ámbitos que constituyen la vida humana y lograr su plena autonomía política y económica, las mujeres se integraron al mercado laboral. En el año 1990 un 32,4% de las mujeres en edad productiva formaba parte de la población económicamente activa, en el año 2006 aumentó a 52%. Es decir, pasamos de un tercio de las mujeres a la mitad de las mujeres en tan solo dieciséis años.

Es de estimar que es menos importante la cantidad de tiempo que los padres dedican a sus hijos que la calidad con que los padres se relacionan con ellos.

Un padre puede estar horas en casa y dejar a su hijo en el corral o frente el televisor para que no moleste con ruidos o preguntas de difícil respuesta; o por el contrario, puede estar poco tiempo con sus hijos pero con una intensidad y amor profundo que llena el espacio afectivo y desarrollo mental del niño, pero que pasa si los padres al llegar de sus trabajos después de jornadas extensas no dedican un tiempo suficiente en las tareas escolares, en preguntar más allá de cómo se siente, nos encontramos con un niño que de cierto modo cumple sus labores de estudiante la mayor parte del tiempo solo, y sus dudas siguen siendo las mismas perjudicándolo en el rendimiento escolar.

Los niños que asisten a la escuela primaria, necesitan sentirse motivados por aprender, y esto se lograra únicamente si los padres prestan la atención a sus hijos, ellos deben apoyar y orientar al niño en el desarrollo de sus actividades para forjar una actitud positiva hacia la escuela.

En cuanto a la percepción docente, a través de su mirada omniabarcadora en el aula, permite percibir los procesos de aprendizaje de los alumnos y distinguir el apoyo que tienen de parte de sus padres. Además sirve para visualizar falencias, el poco tiempo que los alumnos pasan con sus padres lo que puede ser asociado al bajo rendimiento académico. Muchas veces los padres y apoderados tienden a pensar que con sólo preguntar si las tareas están hechas, que si la profesora no los ha mandado a llamar está todo bien, y de cierto modo se desentienden, sin dar la debida importancia de revisar todos los días los cuadernos, aclarar dudas con los niños, compartir noticias de actualidad etc.

Los hijos suelen reflejar esa inatención que sienten y es muy común que ocurra dentro de la escuela, en donde pueden perder el interés y deseo de asistir a clases, afectando directamente sus calificaciones.

En ocasiones algunos padres transfieren a otras instituciones las tareas familiares, no porque la familia sea incapaz de cumplir con su deber, sino porque piensan que esas actividades pertenecen exclusivamente a las escuelas; pero en realidad se requiere del apoyo de los padres para permitir un desarrollo eficaz y conseguir los propósitos planteados.

Muchos padres de familia, en especial las madres, se preocupan porque su hijo ha mostrado un bajo rendimiento escolar y está a punto de repetir el año. Su preocupación esencial es el mal desempeño en la escuela. La duda es ¿por qué mi hijo no tiene éxito en la escuela?, mientras que la petición hacia los maestros es: haga usted lo posible para que mi hijo mejore en la escuela. Tanto la duda como la petición representan un punto de partida para iniciar un trabajo de reconocimiento, de búsqueda colectiva en que se incluye el padre, la madre y, por supuesto, el propio niño. Lo importante en ese momento es la indagación conjunta.