Author
Letelier Urzúa, María del Rosario
Abstract
Desde que aparecieron los museos en el mundo, ya por el siglo XVIII, el hombre ha mostrado un interés y una necesidad por la contemplación y el goce del arte. A medida que los tiempos avanzaron y que el conocimiento se hizo más específico, estas demandas también fueron cambiando. De esta forma puede explicarse que el museo se fue constituyendo cada vez más en un centro de aprendizaje y cultura. Por otro lado las artes visuales también fueron modificando sus técnicas y formatos por lo que estos museos europeos, enciclopédicos, fueron siendo desplazados por nuevos modelos museísticos los cuales eran más útiles e ineludibles en su tiempo. Chile no está quedando ausente a este proceso. Claro que por motivos muy diferentes a los europeos, y con una historia artística y cultural mucho más tardía. Las artes visuales chilenas y sus museos, hace 100 años, no era el del coleccionista afamado. Las instituciones museológicas fueron apareciendo lentamente y en estos momentos aclaman por su inserción internacional, por medio de una correcta aplicación de las tendencias museográficas actuales. Porque su realidad es absolutamente opuesta: su permanente descuido y escaso presupuesto. El modelo cultural de política museal en Chile siempre ha funcionado en manos estatales. Los dos estudios que se han efectuado sobre el tema, y que se citan en las próximas páginas, lo demuestran. Este hecho entre otros, es lo que los ha perjudicado y fundamenta su estancamiento. No somos un país con un presupuesto fiscal acaudalado como es el caso francés. En Chile existe una clara escasez de recursos para las manifestaciones artísticas. Por eso es que en el presente trabajo se justifica el por qué de la necesaria y urgente privatización de los museos chilenos. La aplicación del modelo americano, por medio del voluntariado y de directorios, traería un beneficio no sólo económico, sino que también un mayor interés cultural.