La responsabilidad por el acto propio y su incorporación en el derecho civil chileno

Abstract

Sabido es que el Derecho Civil no es sino la proyección del Derecho Romano, elaborado básicamente por los pretores, a través de la resolución de casos prácticos que se presentaban en la sociedad, los cuales fueron sistematizados en el Corpus luris Civilis. Luego en la Edad Media se recepciona el Derecho común, el cual es comentado por los glosadores, formulándose entonces reglas y principios generales, que luego pasan a informar todo el proceso de codificación originado a partir de la dictación del Código de Napoleón, el cual fuera promulgado en el año 1804, esto es, hace 200 años. En todo ese período de tiempo, más de dos milenios, el Derecho Civil evolucionó desde una verdadera casuística, fundada en parámetros de estricta lógica y precisión, hasta la formulación de las reglas y principios generales que se desprendían de los casos fallados por quienes administraban justicia en Roma.Sin embargo, en este proceso de formulación de reglas abstractas a través del estudio de los casos que se presentaron a través de los siglos, surge la necesidad de analizar el por qué algunos principios y reglas que se desprenden de la casuística no fueron recepcionados, expresamente, anticipémoslo, al Derecho Civil que resultó del proceso de codificación. Tal es lo que ocurre con la doctrina de la responsabilidad por el acto propio, doctrina que impone un límite al ejercicio de los derechos subjetivos, o, mejor aún, de las pretensiones, limitación que se origina en la comparación de una conducta anterior del actor que es incompatible con otra posterior, que es aquella en la que funda su pretensión.