Author
Guzmán Araneda, Christine
Martínez Vicencio, Paula
Retamal Jiménez, Densky
Abstract
El sistema educativo sumido en una sociedad en constante transformación, ha tenido cambios importantes a lo largo de la historia los cuales siempre ha manifestado un gran interés en lograr una educación de calidad, si bien su planteamiento ha sido la educación de calidad no ha presentado mayor interés en que estos se dé, de forma equitativa dando así las mismas oportunidades a todos los estudiantes.
Son los centros escolares tanto privados, subvencionados y municipales los que deben adaptar su organización a las nuevas realidades que apunten a una sociedad más inclusivas. Orientando la mirada a una sociedad que respete la diversidad, en donde todas las personas tengan derecho a una educación de calidad. Que asegure su permanencia, participación y aprendizaje en los establecimientos escolares regulares. Y no segregando a los/las alumnos/as que presentan NEE.
El derecho a la educación que se reconoce para las personas con discapacidad en el artículo 24 de la Convención Internacional de Naciones Unidas, reivindica necesariamente, un sistema educativo inclusivo, para todas las personas y en todos los niveles escolares.
Se trata de un imperativo legal, que debe ir migrando en un periodo razonable hacia estructuras y prácticas plenamente inclusivas para todo el alumnado, sin distinciones ni excepciones.
La participación activa de las familias en la educación de sus hijos/as ha venido jugando un rol cada vez más esencial en la educación. Hoy en día tanto las familias como la comunicada escolar representada por profesores, directivos y alumnas/as son parte importante del proceso inclusivo y para que este sea implementado deben, todos los actores antes mencionados tener conocimiento del nuevo enfoque que pretende reemplazar al de integración escolar por uno más equitativo y que mire la igualdad educativa como un derecho. Este nuevo enfoque se refiere a la inclusión educativa.