Author
Crovetto Matamala, María Paz
Abstract
El elemento forjador de cultura durante el medioevo fue principalmente el cristianismo, que influyó, permeó y moldeó la sociedad europea a partir del siglo IV, época en la cual se conformó como religión oficial del Imperio Romano. Como eje conductor, el cristianismo se convirtió en uno de los pilares fundamentales de Occidente, lo que permitió hablar de una Europa común, como expuso Lucien Febvre en su libro Europa, Génesis de una Civilización: “la acción poderosa del cristianismo contribuyó a dar a los occidentales una conciencia común, por encima de las fronteras que les separan, una conciencia que, paulatinamente laicizada, se convirtió en una conciencia Europea”.
Esta conciencia de la Europa medieval, que se cimentó, además del cristianismo, en tres pilares fundamentales como el cristianismo, la herencia grecolatina y lo germánico, permaneció durante diez siglos, a lo largo de los cuales floreció una cultura maravillosa, que la hizo digna de un renacimiento a lo largo del siglo XII que ha sido estudiado minuciosamente por muchos autores, como Haskings. En el ambiente intelectual de dicho siglo, en el cual se retoma la cultura clásica, se va a debatir sobre el matrimonio y el consentimiento del mismo, no sin considerar la importancia que iba tomando la figura de la mujer en diferentes aspectos, siendo el matrimonio uno de ellos.
Esta investigación pretende investigar el consentimiento matrimonial durante el siglo XII, tratando de mostrar la importancia que tuvo la intelectualidad del mismo siglo en las cuestiones teológicas sobre el matrimonio.
Esto permitió ver que el consentimiento fue central en las discusiones de ese siglo y que llegó a ser condición sine qua non a la hora de casarse, confirmando la supremacía del amor entre el marido y la mujer.