Verdad y democracia

Abstract

Asumo aquí que la democracia es -de suyo- el normal desarrollo de la vida política orientada al bien común, en un ordenamiento institucional (Aristóteles) adecuado a esa "dinámica" finalizada, y que constituye aun una "vía" para su efectuación; lo cual implica una referencia fundamental a la ley; a la ley humana (o positiva) que, como lo vio Santo Tomás, proviene de la ley natural. Lejos de ser exterior (ni menos extraña) a esta concepción de la democracia, la verdad le es inherente. Y esto, tanto en cuanto a la razón formal de verdad (adequatio rei et intelectus), como en cuanto a la cosa (res) misma; es decir, la sociedad política considerada simplemente como la buena sociedad en el sentido griego (Aristóteles) y tomista (De Reggo) de la expresión. A partir de aquí, se puede distinguir entre la verdad en la sociedad, y la verdad de la sociedad.